Creando la entrada inteligente del siglo XXI, el futuro hecho realidad
En los años 60, una época en la que la tecnología aún era completamente ajena al día a día de la sociedad y la idea que la gente tenía de la electrónica estaba basada sólo en lo que veían en el cine y la televisión, la serie animada “Los Jetsons”, mostraban a la familia del futuro, una familia de clase media americana que vivía en una casa espacial completamente informatizada:
Alejados de un planeta Tierra en la que la vida ya no es posible. En un mundo aterrado por la Guerra Fría, la tecnología era vista como algo que debía salvar a unos pocos en lugar de hacer la vida fácil a todos.
Pero la sociedad actual no es la de “Los Jetsons” y, por tanto, no necesita protección ante el Apocalipsis nuclear, sino que la tecnología facilite las actividades cotidianas del usuario y, ¿por qué no?, también a los que les rodean. Por eso, en lugar de la tecnología aislante de la ficción, ¿por qué no optar por una tecnología que convierta los hogares de quién la usa en un sitio acogedor y cálido, además de seguro, empezando por las entradas?
Seguridad en el acceso al hogar
La entrada es el sitio por donde se accede a la casa y, por tanto, uno de los puntos más vulnerables del hogar, pero también el sitio dónde la gente se detiene un tiempo a buscar las llaves, a despedirse de alguien que le ha acompañado a casa, a recoger el correo…, lo cual implica que no solo hay que asegurar un acceso, sino también una estancia.
Por eso las cámaras de vigilancia suelen estar presentes en la mayoría de entradas y ahora, gracias a la tecnología, estas cámaras son inteligentes y no sólo observan lo que pasa, sino que además lo analizan y avisan al usuario de cualquier problema que detecten, incluso pueden informar en tiempo real a través del smartphone.
Asimismo, un dispositivo que no puede faltar es el intercomunicador, que permite ver lo que hay al otro lado de la puerta y comunicarse con el mundo. Y el conjunto puede completarse con un buzón con un candado electrónico inteligente que proteja cualquier paquete de intromisiones ajenas.
Una estancia preparada para ser pisada
Una vez dentro de casa, hay que pensar en la comodidad, y elegir un tipo de suelo adecuado para una zona de la casa que va a ser como una carretera de acceso: hecha para que la gente se pasee por ella y preparada para ser limpiada con facilidad. Nada de alfombras, moquetas o suelos de porcelana fina. Existen suelos preciosos para lugares de trabajo, fabricados en cemento y muy prácticos, y esos son los más adecuados.
Decoración para crear un espacio grande y acogedor
Los vestíbulos, incluso en los casos en que son grandes, son pequeños, y basta con que se acumulen varias personas en su interior para que empiecen a recordar un ascensor en hora punta, razón por la que los espejos son una de las opciones decorativas más interesantes.
Cuánto más grande sea el espejo más sensación de espacio amplio creará, y si se opta por incluir un armario para los abrigos, se puede matar dos pájaros de un solo tiro optando por un armario cromado o con puertas de espejo. Asimismo, es una buena idea incluir pequeñas obras de arte en las paredes, ya que le darán elegancia y estilo.
Unir la funcionalidad y el diseño en el almacenaje
Uno de los grandes problemas que suelen presentarse en los vestíbulos de las casas es dónde poner los abrigos, los paraguas y los zapatos. Hoy en día existen muchas alternativas al perchero de toda la vida, desde los armarios a las estanterías abiertas que permiten ver lo que se deja en ellas, y todas esas opciones son viables, siempre y cuando se cumplan tres condiciones básicas: no sean demasiado grandes para la habitación, sean bonitos y se adecuen a la función que deben cumplir.
Lo bueno de los muebles es que, si se combinan los muebles adecuados y los colores adecuados en las paredes, se puede jugar con ellos para esconder los aparatos tecnológicos de manera que su funcionalidad no estropee la estética de la estancia.